CELOSOS DE BUENAS OBRAS

Estándar

Tito 2:14 Quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.

Cristo nos escogió, se entregó para darnos a nosotros una nueva vida y para que tengamos la oportunidad de pertenecer a su rebaño, para que seamos parte de un pueblo especial y apartado para Él.

A lo largo de la historia hemos podido ver muchos de ejemplos de hombres y mujeres de fe que, con sus acciones, su pasión, su entrega y valentía lograron hazañas increíbles, superaron obstáculos aparentemente imposibles, llevaron el evangelio a lugares nunca antes alcanzados, lucharon para que la sociedad sea mejor y tocaron muchos corazones en sus épocas.

Los cristianos somos personas especiales, desde el nuevo nacimiento llevamos en nuestro interior el deseo de hacer el bien, aquel celo santo de ayudar a los demás, de demostrar el amor de Dios con acciones, teniendo la capacidad de que nuestros labios puedan consolar a otros al predicarles el precioso evangelio.

En otra versión el mismo versículo nos enseña: (Biblia El Pueblo de Dios) El se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad, purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno en la práctica del bien.

El hacer el bien debe ser una práctica diaria, debemos aprender a ejercitarnos en ayudar a los demás, debemos tener celo por hacer buenas acciones en nuestra iglesia, en nuestros hogares, con nuestras amistades, con cada persona que sabemos que necesita ayuda y en nuestra sociedad; para que los demás vean nuestro buen testimonio y sepan que es el amor de Dios que ha embargado nuestros corazones.

No podemos tener aquella práctica de hacer el bien si no estamos llenos de Jesús, si no hemos menguado nuestro orgullo y egoísmo; necesitamos alimentarnos más y más de la palabra de Dios, pasar tiempo orando los unos por los otros, pasando tiempo de comunión con nuestros hermanos de la fe, porque solo entonces nuestra vida espiritual se manifestará en nuestro vivir.

Seamos aquel pueblo de fe y de amor que cambia las ciudades, que logra dejar huella en la historia, que busca ayudar a otros por amor y no por beneficio, que cada uno de nosotros seamos hallados aptos para toda buena obra.

Síganos en nuestras redes sociales:

Amaos los unos a los otros

Estándar

Querido(a) Hermano(a) muchas gracias por visitar este blog, sea usted muy bendecido(a) de parte de nuestro Señor Jesucristo, por el cual si usted ya lo ha recibido en su corazón y lo ha hecho su Señor, nos ha hecho familia espiritual, así que sepa usted que es amado(a) por su familia espiritual con el gran amor que Dios ha depositado en nuestros corazones.

¿Cuán importante es recordar que debemos amarnos con un amor fraterno y sincero? Es tan importante que aquel que no ama a su hermano en Cristo, como dice la palabra no ha nacido de nuevo. Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 1Juan 4:7

Por eso es penoso ver en las iglesias la falta de amor fraternal, muchos se olvidan que el segundo mandamiento más importante dicho por Cristo fue el de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39 y Marcos 12:31). Y el mismo Señor Jesucristo nos pidió amar a nuestro enemigos (Mateo 5:43).

¿Pero seremos capaces de amar a nuestros enemigos sino somos capaces de amar a nuestros hermanos en Cristo?

Hermanos sé que es difícil amar a todos, por eso está escrito: … soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor (Efesios 4:2)

No importa el cargo o el nivel espiritual que usted posea, nunca permita que eso le impida amar a su hermano, ame a todos sus hermanos desde el mayor hasta el menor de ellos, no haga acepción de personas. Recordemos que el que desea ser el mayor debe servir a los demás (Mateo 23:11).

Querido hermano: ¿Cuándo fue la última vez que usted le dio una palabra de aliento a su hermano(a) en Cristo? ¿Cuándo fue la última vez que consoló a un hermano(a) que pasaba por duras pruebas, cuando fue la última vez que exhorto a un hermano(a) con amor para que afirmara sus pasos?

Hermanos en Cristo recordemos siempre lo que está escrito: Amaos los unos a los otros con amor fraternal… Romanos 12:10

Bendecidos sean con toda bendición en Cristo Jesús que nos dio nueva vida. Amén

Síganos en nuestras redes sociales:

¿Me amas?

Estándar

Has luchado toda la vida tratando de encontrar la felicidad y el amor, sin saber que la paz, el amor y el gozo (el gozo es más grande que la felicidad) tiene un solo nombre y se llama Jesús.

Puede que nunca lo hayas escuchado, puede que lo hayas escuchado y te hallas olvidado de Él, puede que hayas errado en el Camino, puede que aún no hayas encontrado el Camino, pero aún a pesar de todo eso, Jesús te sigue amando.

Si le has fallado a Jesús, si sientes en el corazón que no eres digno de volver a buscarlo.

Jesús te quiere decir algo: ¿Me amas más que a estos?

Puede que no entiendas lo que significa esa pregunta, lo que Jesús te está preguntando es: ¿Me amas más que a todo lo demás?

¿Podrás tú amar a Jesús y darle todo tu corazón, podrás dejar todo lo que te aleja de Él para poder agradarle?

Si tu respuesta es sí, Jesús te dice: Apacienta a mis corderos.

Apacentar los corderos es cuidar de las ovejas débiles, es enseñarle a los nuevos a que no cometan los errores que nosotros cometimos, es amar a los pequeños y ver que no caigan en los lazos del mundo.

Jesús te vuelve a preguntar ¿Me amas?

La pregunta es directa ¿Lo amas?

Si tu respuesta es sí, Jesús te dice: Pastorea mis ovejas.

Pastorear las ovejas es comprometerse, un pastor vela por la salud de todas sus ovejas, cuida con sumo cuidado a cada una de ellas; así de debes ser tú con todos tus hermanos espirituales, y para cumplir eso tienes que aprender, debes crecer en la fe.

Por último Jesús te pregunta: ¿Me amas?

Es la última pregunta, y debes estar seguro con todo el corazón.

Esta última pregunta significa: ¿Me amas, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas? ¿Incluso si te pidiera la vida me la darías, estas dispuesto a todo por amarme, como yo lo hice por ti?

Si tu respuesta es sí, Jesús te dice: Apacienta mis ovejas

Apacentar las ovejas es ayudar incluso a los que están maduros en la fe, preocuparte por tus lideres, orar por tus pastores, velar por todos sin dudar ni vacilar, consolar a los débiles, confortar a los que son incluso mayores que tu.

Si realmente estás dispuesto a cumplir esto Jesús sólo te dirá: Sígueme.

Síganos en nuestras redes sociales: