En estos días me sentía solo, y me puse a pensar en muchas personas, mi mente estaba concentrada en todas las cosas que podría hacer, pero un pensamiento cruzo mi mente y me decía: ¿Qué hay de Dios?
El pensamiento se hacía más fuerte y me di cuenta que Dios también quiere que nos acordemos de Él.
Cuando le preguntaron a Jesús sobre el gran mandamiento Él respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”, pero muchas veces lo escuchamos y decimos si lo vamos a cumplir, pero tan solo queda en palabras vacías.
El versículo se resume en: ama a Dios sobre todas las cosas, sobre cualquier persona, sobre todo, antes de pensar o hacer algo acuérdate que primero es Dios.
Ese mandamiento primero es Dios es muy difícil de cumplir porque estamos acostumbrados a depender de nosotros, acostumbrados a satisfacer nuestros deseos, a vivir con nuestro ego, y cumplir ese mandamiento significa dejar de ser sólo nosotros para agradarle a Dios.
Pero Dios es bueno y no te obliga nunca a cumplirlo, sino que Él espera a que tú lo hagas por amor, y si realmente lo amas harás lo que sea para cumplirlo.
Cuando se ama se cometen muchas locuras, así ponte a pensar que locuras eres capaz de hacer por Dios, cuando digo locuras me refiero a hacer su voluntad; muchas veces tendremos que pasar pruebas, sufriremos burlas y aunque “muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová”, tal vez tengamos que dejar muchas cosas y hacer grandes sacrificios, como dejar amigos que no nos convienen, incluso cosas que sabemos que nos hacen mal, y habrán cosas que serán difíciles de dejar, pero Dios no te quitara algo sin que Él te lo multiplique, la biblia dice: “Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”.
Nunca pienses que Dios no considera tu esfuerzo, Él tiene tu recompensa, y si Dios te pide que dejes algo acuérdate que siempre es para tu bien.
Así que cuando leas esto ponte a pensar si realmente estas cumpliendo el primer y gran mandamiento, y recuerda cuanto lo amas, porque es por amor y por gracia que hemos sido salvos, no por obras.
Dios ve tus obras pero primero ve tu amor.
Síganos en nuestras redes sociales: