LA PERSEVERANCIA DE JESÚS

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Hebreos 12:1-3 Versión Biblia al Día

1 Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.

2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.

3 Así, pues, considerad a aquel que perseveró frente a tanta oposición por parte de los pecadores, para que no os canséis ni perdáis el ánimo.

El amor de Jesús fue perseverante, soportó los insultos, los golpes, los latigazos en su cuerpo, el peso de la cruz en su espalda herida, la corona de espinas clavando su cabeza, los clavos que traspasaron sus manos y sus pies, todo eso y más padeció porque sabía la recompensa que vendría, que por su sacrificio todos nosotros tendríamos salvación en su nombre.

Isaías 53:3-7

3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Una perseverancia motivada por el amor, soportó la humillación, un dolor inimaginable que nunca seríamos capaces de soportar, nunca podremos sentir el dolor que el llevó sobre sí, ni conoceremos la totalidad del sufrimiento que padeció por nosotros, nunca seríamos dignos de tal acto de amor.

Hemos construido armas para dañar a nuestros semejantes, bombas nucleares, armas biológicas, hemos contaminado los mares, hemos potenciado virus que destruyen, mentimos, odiamos, matamos, arrasamos con el regalo de la creación.

La humanidad se corrompió, pero Él vio como éramos, estuvo entre nosotros, dejo su gloria para estar a nuestro lado, y a pesar de conocernos, aun así, nos amó.

Quisiera que pudiéramos ser como los discípulos que vieron a Jesús resucitado, que vieron sus manos y sus pies, pero que sintieron un gran gozo cuando le reconocieron, y nosotros pronto hemos de verle, y estaremos por siempre junto a Él.

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