LA DECISIÓN DE PERDONAR

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Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mateo 18:15

Jesús se encuentra enseñando sobre que hacer si un hermano peca, sobre la importancia de ganarlo nuevamente al reino de los cielos; de pronto uno de los doce siente una fuerte duda: Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21 -22

¿Cuántos Pedros existen hoy en día que en vez de querer poner en práctica el perdón, tratan de limitarlo, tratan de acortarlo o condicionarlo?

Es curioso que el perdón no es uno de los frutos del Espíritu (Gálatas 5:22-23), y aunque queramos buscar la excusa de que no fluimos en el fruto del amor y que por eso no perdonamos, el amor es el primero de los frutos que deberían fluir en nuestra vida al convertirnos.

El tomar a decisión de perdonar es tan importante que Jesús nos advirtió las consecuencias de no hacerlo luego de enseñarnos la oración del Padre Nuestro: Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14 -15

Muchos cometen el error de pensar que el nuevo nacimiento nos cambia a tal punto que ya somos perfectos, pero la biblia nos enseña que debemos transformar y renovar nuestro entendimiento, menguar para que aquel Cristo que fue capaz de pedir perdón por aquellos que lo habían crucificado crezca en nosotros.

Duele mucho perdonar a una persona que amamos y nos falló, es más fácil perdonar a un extraño que a alguien cercano que conocemos muy bien. Cuando leemos la parábola del hijo pródigo vemos como aquel padre abraza a su hijo sin reclamarle, sin golpearlo por su falta, sin recriminarle con cólera su regreso; en aquella parábola el más normal parece el hermano mayor que recrimina al papá lo que acaba de hacer, pero el buen padre le hace entender que también lo ama, que no está valorando lo que tiene y que haría por él lo mismo que hizo por su hermano si se equivoca.

Somos muy duros con los que fallan, a tal punto que pareciera que necesitamos que Jesús aparezca y nos diga: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra, somos fariseos que tenemos lista la piedra, pero no tenemos el abrazo preparado para aquellos que buscan el perdón.

Debemos practicar el perdón tan igual como ejercitamos un músculo, siguiendo las pautas que Jesús nos dio, comprendiendo que Dios no dejará para siempre caído al justo (Salmo 55:22) y recordando que si no existiera el perdón, hubiéramos perdido a Marcos el cuál según la historia fue el primero en escribir un evangelio, hubiéramos perdido al mismísimo Pedro que fue un pilar de la iglesia primitiva, al rey David y sus bellos salmos y ha muchos otros que a lo largo de la biblia y de la historia nos demuestran que Dios puede rehacer la vasija de barro que parece haberse perdido.

Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. Malaquías 3:17

JACOB LLORA A SUS HIJOS

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Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. Mateo 2:18

El mundo observa con horror las consecuencias que trae consigo la guerra, nos sorprendemos de la crueldad con que la que el ser humano es capaz de tratar a sus semejantes.

Ahora vemos noticias cargadas de historias que nos escarapelan el cuerpo de tan solo escucharlas, como si nuestra sociedad hubiera vuelto a la edad media y no les importara arrancarles la inocencia a infantes o lastimar sin ninguna misericordia a personas mayores.

¿Cuántas vidas se han perdido? ¿cuántos bebés han quedado sin padres? ¿cuántos padres han quedado sin hijos? ¿cuántas personas han quedado sin hogar? ¿cuánto dolor están cargando aquellos que viven en aquellos lugares? ¿cuánta desesperanza hay en sus corazones?

Hoy países están llorando la perdida de sus seres queridos, hoy Jacob está llorando desconsolado la pérdida cruel de aquellos inocentes que murieron víctimas del egoísmo y la maldad.

El Señor Jesucristo nos advirtió hace dos mil años que el amor de muchos se enfriará, la biblia nos avisó que en los postreros tiempos habría hombres amadores de sí mismos, sin afecto natural e implacables, y eso es lo que estamos viendo hoy en día.

La biblia también nos alertó acerca de un juicio, y hoy Dios nos observa todo el tiempo, Él está pesando en su balanza la maldad de nuestra sociedad, la maldad que existe en nuestras calles y en cada uno de nuestros corazones.

La maldad y el pecado del mundo está llegando a un nivel intolerable, y Dios nos advirtió que habrá un llanto aún mayor y un crujir de dientes; si no nos arrepentimos, si no reflexionamos sobre nuestras acciones, sobre lo que pensamos, y damos frutos dignos de arrepentimiento, entonces sufriremos por toda la eternidad en el infierno.

Cristo es la única esperanza para el ser humano, Él es el único que puede limpiar nuestras almas, aquel que puede sanar nuestra dañada sociedad si tan solo lo invocáramos sinceramente, si tan solo le abrimos la puerta de nuestro corazón y de nuestra nación.

¿No sería hermoso ver países sin crímenes, llenos de personas amables, en donde la maldad no existiera y en donde no necesitaríamos de cárceles? Cristo puede traer paz y justicia al mundo, Cristo puede traer consuelo, paz y esperanza a todos los corazones.

Hoy estamos vivos y es el tiempo preciso para buscarlo antes de que sea muy tarde, las promesas de Dios son para hoy, ahora es el día de salvación.

HE VENIDO POR TI

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Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores. Marcos 2:17

Se requiere de mucha humildad, sabiduría y/o madurez para reconocer que estamos equivocados, que cometemos errores, que todavía queda maldad dentro de nosotros que nos impide alcanzar aquella perfección que Dios quiere de nosotros.

La biblia nos enseña como los fariseos tuvieron al frente al Mesías, a Cristo mismo; ellos podían escuchar sus sermones y parábolas, ver sus milagros y acciones, pudieron haberse acercado a Él en innumerables ocasiones, pero por su orgullo, su soberbia y/o arrogancia lo menospreciaron, lo trataron como un vulgar pecador y falso maestro.

Fue tanta la altivez de su corazón que muchas veces Jesús les habló directamente para salvarlos, pero ellos no eran capaces de entender que debían cambiar, no querían aceptar que estaban equivocados y que tenían un corazón enfermo.

Existe un gran peligro en el orgullo porque no nos permite ver nuestra realidad y no nos permite reconocer nuestra enfermedad. A veces Dios nos habla directamente al corazón pero nosotros decimos: “el mensaje fue para aquel hermano o hermana” “la revelación debe ser para los nuevos” “su salvación es para los que tienen una mala vida” “el evangelio es para los necesitados”.

Dios conoce tu corazón y sabe lo dañado que está. Aquellas áreas oscuras que todavía no le has entregado, aquellos traumas que te niegas a aceptar, aquel dolor que no eres capaz de soltar, aquella falta que prefieres no reconocer, aquel pecado oculto que no puedes controlar.

No se trata de cuánto tiempo llevas en la iglesia, no se trata de cuán bueno crees que seas, no importa cuantos mensajes escuchaste. Dios ve dentro de nosotros y puede ver que todavía no ha acabado su obra en ti, que todavía puede seguir sanándote si tan solo reconoces que estas enfermo.

Muchos piensan: “ya soy cristiano mucho tiempo, no puedo tener esos problemas” “ya soy seguidor de Cristo y lo que le entregué es suficiente” “he vivido varios años en la fe, no requiero que sane más mi corazón” “me da vergüenza admitir que mi alma está enferma”.

Él ha venido por tí, Él llama bienaventurados a aquellos que reconocen su pobreza espiritual y lloran por un cambio, Él recoge a las ovejas que se pierden; Él quiere convertir aquel corazón endurecido como piedra por las heridas, las decepciones y los traumas en un corazón de carne capaz de sentir, amar y perdonar. Si tan solo reconoces que estás enfermo.

EL VENCEDOR VIVE EN MÍ

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Apocalipsis 3:21 Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. Jesús es un vencedor, y él quiere que nosotros también seamos vencedores.

CRISTO MORA EN NOSOTROS: Colosenses 1:26-29

El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Tenemos a Cristo en nosotros, el gran vencedor vive en nosotros, aquel Jesús que derrotó al pecado, que venció a la misma muerte, ahora mora en todos aquellos que lo reciben en el corazón. Pablo se convirtió en un gran apóstol porque permitía que Cristo actúe en él.

DEBEMOS PERMANECER EN JESÚS: Juan15:4-8

Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.

Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

El ser humano tiende a pensar que es autosuficiente, que por sí mismo puede salir adelante, pero los momentos de angustia que estamos viviendo nos demuestran cuan frágiles somos, necesitamos permanecer en Jesús si queremos ser vencedores, necesitamos tener al vencedor en nosotros si queremos dar fruto en estos tiempos.

SOMOS MÁS QUE VENCEDORES: Romanos 8:35-39

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero.

Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.

Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,

ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Solo en Jesús somos más que vencedores, no existe crisis ni pestilencia ni cuarentena ni escases ni nada que haya sido creado que pueda separarnos de aquel amor tan perfecto y puro con el que Dios nos ama.

Cristo nos ha hecho vencedores, pero debemos dar testimonio de todo lo que dios ha hecho por nosotros, es tiempo de predicar y a llevar las buenas nuevas a todos los que podamos.

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REFLEXIÓN: AL PIE DE LA CRUZ

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Juan 19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

Existe mucha polémica acerca de quién es aquel discípulo amado, aquel discípulo que se recostaba en el pecho de Jesús, que sí estuvo presente durante la crucifixión cuando los demás se escondían, y que corrió junto a Pedro cuando les dieron la noticia de que la tumba estaba vacía.

Muchos dicen amar a Cristo, quieren seguirlo cuando las cosas van bien, cuando los milagros ocurren, cuando las multiplicaciones suceden, cuando las sanidades aparecen, pero muy pocos quieren pagar el precio de acompañarlo al pie de la cruz, cuando llegan los tiempos de prueba.

Aquel discípulo amado, se recostaba en su pecho, quería conocer su corazón, saber lo que pensaba, tener una amistad genuina, una amistad que fue probada cuando fue el único de los doce que estuvo a su lado en la crucifixión, y fue el primero en llegar a la tumba vacía.

Da mucha pena cuando aquella persona quién creías que era tu amigo te deja atrás en los malos momentos, duele saber que aquella persona en quién confiabas te abandona en los tiempos difíciles, cuan solitario y amargo es conocer a una persona que no te demuestra su fidelidad.

Hebreos 10:38-39 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Nosotros no debemos ser de los que retroceden, no debemos ser como Judas que vendió al maestro por 30 monedas de plata, no debemos cambiar a Jesús por una aparente seguridad momentánea, ni por un placer pasajero o un pecado oculto. Nosotros debemos ser de aquellos que tenemos fe y seguimos firmes porque lo amamos y sabemos nuestra recompensa.

2Juan 1:9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Ser cristianos es para valientes, a veces podemos tropezar, renegar, incluso fallar, pero aquellos que perseveran, aquellos que no se rinden y no vuelven al mundo, sino que persisten en el evangelio son lo que realmente le conocieron.

Apocalipsis 2:4-7 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Es tiempo de volver al primer amor, aquel amor que era un fuego que nos hacía estar pendientes de Dios, aquel amor que nos hacía buscarle a todas horas, aquel amor por el cual buscábamos tiempo para orar y hablar con Él, aquel amor que nos impulsaba a ganar almas para Cristo, aquel amor que era un motor que nos mantenía a firmes ante los vituperios, aquel amor que nos hace estar firmes hasta su venida.

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LA PERSONA DE JESÚS: EL AMIGO QUE NOS ENTIENDE

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Jesús es el hijo de Dios, pero en los evangelios también podemos ver un lado humano, ciertamente era divino, pero también humano. Nació como nosotros, creció como nosotros, vivió como nosotros, trabajó como nosotros, porque estuvo entre nosotros, pero no era de nosotros, y a pesar de esa humanidad Él venció al pecado, y fue a la cruz por amor.

Mateo 21:12-13 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Es una reacción muy humana molestarse por algo que sabemos que está mal o indignarnos ante una injusticia. Jesús se molestó de que aquel lugar que debería servir para acercar a las personas a Dios, se hubiera convertido en un comercio lleno de ladrones que lucraban de la fe.

Mateo 15:26-28 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. Probar a otros es algo muy humano, nos gusta comprobar la fidelidad de los demás. Jesús probó el corazón de la mujer cananea que tenía su hija enferma, comprobó su amor de madre, su perseverancia y su fe, por lo que sanó a su hija.

Juan 11:33-35 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Conmovernos hasta el punto de llorar ante las pérdidas o ante alguna desgracia es algo muy humano. Jesús quizá se conmovió de la fragilidad del ser humano, de lo emocionales que somos ante la pérdida de un ser querido o de la falta de fe que a veces podemos tener.

Marcos 1:40-42 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Tener misericordia y querer ayudar a alguien que sufre es algo que muchos tienen, pero no la voluntad y el amor para llevarlo a cabo. Aquí ya podemos apreciar un poco de lo divino, Jesús no solo tuvo misericordia para sanarlo, sino que pudiendo tener muchas formas de hacerlo, decide tocarlo y lo dignifica como persona, le hace sentir cariño y afecto en tan solo un acto.

Marcos 14:35-36 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Es muy humano sentir temor y querer cambiar una situación, pero hay que ser muy divino para ser capaz de pedir que se haga la voluntad de Dios, a pesar de lo que iba a suceder, darte totalmente por amor.

¿Cómo no amar a alguien así? Que es capaz de entendernos, que es capaz de comprender lo vulnerable que somos, que es capaz de amarnos tanto que dio su vida para salvarnos, que es capaz de amarnos como nadie nunca lo hará.

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REFLEXIÓN: INFECTADOS POR EL PECADO

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Cuando el miedo a una guerra nuclear invadió el mundo, se le pidió a un escritor cristiano que diera su opinión, a lo que él escribió: No comencemos exagerando lo novedoso de nuestra situación. Créame, querido señor o señora usted y todos los que ama, ya estaban sentenciados a la muerte antes de que la bomba atómica fuera inventada… Este es el primer punto que debemos tener en mente. Y la primera acción que debemos tomar es recobrar la calma… C. S. Lewis

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23 Hay una infección que corrompe a la humanidad, existe un virus que ha estado destruyendo a hombres y mujeres desde el inicio de los tiempos, y es el pecado.

Génesis 3:17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. El pecado distorsionó nuestro diseño original, nuestra perfección se deformó, nuestra alma se corrompió y trajo un castigo sobre todos nosotros. No teníamos malas emociones, el temor, el miedo, la ansiedad, la culpa, la codicia, el odio o el egoísmo, todos estos males vinieron con el pecado. Sabemos lo q está bien y lo que es malo, pero no sentimos atraídos hacia lo malo; queremos hacer el bien, pero algo dentro de nosotros nos impulsa al mal.

Romanos 5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. Estamos dañados en nuestro interior por aquel pecado externo que no pertenecían al ser humano, no era nuestro diseño original que nuestra alma se encuentre herida y manchada, no fuimos creados para tener un corazón vacío, no es nuestro propósito ser derrotados por aquellas emociones destructivas que nos hacen malas personas, no es nuestro destino que muramos sin la esperanza de ser salvos.

Romanos 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Solo Cristo puede restaurar el diseño original del ser humano, Él nos creó y quiere transformarnos a nuestra verdadera forma, Él quiere moldearnos hasta convertirnos en esas personas que estamos destinadas a ser, aquello que nosotros solo soñamos ser.

2Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Con Jesús todo es nuevo, ya no pesa aquella mochila llena de pecado, el pasado ya no es atadura, la culpa ya no es una cadena que nos estanca, el dolor es sanado, nuestra alma y nuestro corazón son transformados.

1Pedro 5:10-11 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. Dios utiliza las crisis, los momentos de angustia para llamar nuestra atención y que volvamos nuestro corazón a Él. No hay cristiano que no haya pasado por aquel perfeccionamiento, así agradezcamos que agradezcamos a Dios, que como un buen padre nos por permite ser moldeados por Él.

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REFLEXIÓN: AUNQUE NO HAYA INFIERNO

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Muchos piensan que la verdadera razón por la cual hemos escogido ser cristianos es para escaparnos del infierno o de la segunda muerte, sin embargo, la única razón por la que nosotros seguimos a Jesucristo, es el amor.

No somos motivados por el temor al infierno, sino por el agradecimiento a aquel que nos rescató, por su sacrificio en la cruz, por su sangre que nos limpió del pecado, por su amor incondicional con el cual encontramos el perdón.

1Juan 4:18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. El perfecto amor de Cristo es nuestro motor, no nos motiva el temor porque entonces seríamos cristianos defectuosos, nos mueve algo más grande y poderoso que el miedo, eso es el amor.

1Corintios 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. El temor tiene un límite, pero el amor es eterno, como eterno también es nuestro agradecimiento hacia Jesús; por su misericordia tenemos una nueva vida, por Él nos sentimos amados, todo lo que logramos es por su favor, y nada seríamos sin Él.

Con esto no estoy negando la existencia del infierno, sino que mi impulso para seguirle es poder conocerle, mi meta en la vida es poder estar a su lado por toda la eternidad, mi motivación es parecerme más y más a Él, mi identidad y mi todo están en Cristo Jesús.

Aunque no haya infierno, mi fidelidad seguiría intacta, mi fe seguiría igual, mi amor por Él no variaría, mi vida seguiría siendo suya, porque Él es el dueño de mi corazón, mi alma y todo lo que espero ser son por siempre para Él.

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UN GRAN MAL

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El día que Adán comió del fruto, su alma murió. Su imaginación perdió su poder maravilloso de elevarse hacia las cosas celestiales y ver el cielo, su voluntad perdió el poder que tenía para elegir siempre lo bueno, su juicio perdió toda la habilidad anterior de discernir entre el bien y el mal, de manera decidida e infalible, aunque algo de eso fue retenido por la conciencia; su memoria quedó contaminada, sujeta a recordar lo malo y olvidar lo bueno; todas sus facultades perdieron el poder de la vitalidad moral. La bondad, que era la vitalidad de sus facultades, despareció. La virtud, la santidad, la integridad, todas estas cosas, eran la vida del hombre; pero cuando desaparecieron, el hombre murió. Charles Spurgeon

Es evidente que la humanidad perdió muchísimo cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido, ya se demostró que la consecuencia del pecado provocó que hubiera tanta maldad, y que la creación se corrompiera de tal manera, que Dios tuvo que traer el diluvio universal. y a pesar de eso la maldad del hombre continuó hasta nuestros días.

…Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mateo 24:12 Se sabe que entre más nos acercamos a los tiempos finales el amor comenzará a perderse, el odio aumentará, el resentimiento, la ira, la envidia y muchos males serán parte del comportamiento habitual de los seres humanos.

Cuando hablamos del amor, lo hablamos en todos los ámbitos de la vida, el amor del ser humano hacia Dios, el amor hacia su pareja, hacia sus hijos, hacia la vida, hacia el prójimo; esto provoca que comience a perderse el afecto hacia los demás, y comience a reinar el egoísmo.

Vivimos en una sociedad donde ya predomina el egoísmo, cada quien busca solo su propio beneficio, ya no se piensa en el beneficio de la sociedad ni de las familias, sino que ahora la gran mayoría solo piensa en sí mismo.

Como cristianos sabemos que:

· Debemos amar a Dios sobre todas las cosas (Mateo 22:37).

· Debemos permanecer en el amor de Dios (Juan 15:9).

· Tener un ferviente amor por nuestros hermanos en Cristo (1Pedro 4:8).

· Debemos amar al prójimo como segundo mandamiento (Mateo 22:39).

· Honrar a nuestros padres para aprender a amar al prójimo (Mateo 19:19).

· Amar a los amigos (Proverbios 17:17).

· No debemos amar al mundo y lo que está en el mundo (1Juan 2:15).

En 1Corintios Capítulo 13, el apóstol Pablo nos narra la verdadera forma de vivir el amor, que es un amor entregado, que no busca lo suyo, que no guarda maldad en él, que todo lo soporta, que nunca debe dejar de ser.

No permitamos que el egoísmo envenene nuestros corazones, acerquémonos a la fuente de amor, permitamos que su amor sea derramado en nuestros corazones y podamos amar conforme a su voluntad.

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DOS TIPOS DE PERSONAS

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Sabemos que la biblia fue escrita para nuestra enseñanza, y en ella podemos encontrar numerosas historias que sirven para que aprendamos y sepamos tomar buenas decisiones. A continuación, quiero tocar 2 historias que nos ayudarán a ser mejores cristianos:

Caín y Abel

Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Génesis 4:4-5 Llegó el día en que Caín y Abel tenían que presentar sus ofrendas delante de Dios, pero solo uno de ellos agradó a Dios.

· Porque Dios miró con agrado a Abel: Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. Hebreos 11:4 Abel tenía un corazón obediente, preparó la ofrenda que más le gustaría a su Señor, su corazón dador le hizo dar lo mejor de sus ovejas y son estas actitudes lo que le permitieron tener el agrado de su Señor.

· ¿Qué pasó con Caín?: Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Génesis 4:6-7 Caín quiso hacer las cosas a su manera, no procuraba agradar a Dios, quería cumplir, pero sin esforzarse en saber lo que le gustaría a su Señor.

· No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 1Juan 3:12 Era movido por sus emociones, su ira y envidia se convirtieron en su maldición.

Esaú y Jacob

Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Por tanto fue llamado su nombre Edom.

Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura?

Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura. Génesis 25:29 -34

· El deseo de recibir la bendición: Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices. Génesis 32:26 Jacob era el hermano menor, y no le correspondía la bendición que recibía el primogénito, tampoco era el favorito de su padre, pero él anhelaba ser bendecido, tenía el deseo de luchar por la bendición. Sabemos por su historia que al querer conseguirla a su manera cosechó muchos problemas, le costó mucho sufrimiento, pero al final reconoció a Dios, y su nombre se incluye en la lista de los campeones de la fe.

· ¿Qué pasó con Esaú?: Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí. Romanos 9:13 Él era el primogénito, tenía ya la bendición por ser simplemente el mayor, era el favorito de su padre, y recibió todo de manera fácil, por lo que no supo apreciarlo, no le dio valor a la bendición que poseía. Perdió el favor de Dios por no saber cuidar el don que recibió.

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