DESDE ADENTRO

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Los problemas me hacen doler la cabeza, me siento exhausto, estoy derrotado y caigo de rodillas delante de ti.

El mundo que me rodea ya no parece importar, me siento tan vacío, las dudas me inundan.

Tengo las emociones a tope, no sé qué debería hacer o cual de mis últimas decisiones ha sido correcta.

Quiero pedirte tu ayuda, desde adentro siento que mi corazón clama por ti.

El orgullo o el miedo me impidieron acercarme antes, tenía vergüenza que me dijeras cuanto me he equivocado.

No puedo hablarte sin dejar de llorar, mi alma me hace recordar una y otra vez todas aquellas cosas que me causan dolor.

Desde adentro comienzan a salir palabras de adoración entremezcladas con las peticiones de mi interior.

Necesito que restaures mi alma herida, manchada por las elecciones que yo mismo escogí, lastimada por lo que otros me hicieron.

Tómame de la mano como a un niño pequeño y guíame por tu Camino, atrae con tu cayado a esta oveja rebelde que no sabe a dónde ir.

Desde adentro mi corazón expresa su malestar, he pasado por tantos cambios que no he podido adaptarme, no he sabido soltar el pasado.

La culpa me lastima el interior, me hace estar continuamente triste, aunque intente sonreír no puedo olvidar que por mis actitudes he fallado tantas veces.

Tómame en tus brazos, necesito desesperadamente un abrazo lleno de amor que abrigue mi interior, hazme sentir seguro cubierto por tus alas.

Despiértame de madrugada porque necesito hablar contigo a solas, ayúdame a que el sol me ilumine temprano para buscar tu rostro nuevamente.

Perdóname por mis fracasos y por mi necesidad constante de Ti, es que sin Ti por más que lo intente simplemente no sé cómo seguir.

Desde adentro mi ser entero busca la forma de decirte lo mucho que te ama, lo demasiado que te necesita, todo lo que soy quiere estar lleno de tu dulce amor.

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TE PROLONGUÉ MI AMOR

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Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

Desde muy chico creía que la vida me debía algo, sentía que siempre pagaba un precio muy alto para poder alcanzar mis metas o sueños.

Aquel resentimiento se convirtió en amargura, además sentía que mi timidez me cerraba muchas puertas y oportunidades.

A pesar de mi enojo Dios se acercaba a mí, buscaba llamar mi atención, pero yo era tan torpe que no lo entendía, no lo comprendía.

Su amor fue tan grande que se estiró hasta mis peores momentos, su misericordia llegaba hasta el punto más bajo de mi existencia, pero yo lo rechacé.

Su cariño inmenso se siguió prolongando en cada uno de mis intentos por encontrar mi propia felicidad, nunca se detuvo a pesar de mis continuos fracasos.

Su favor seguía firme mientras yo me desmoronaba, fue un faro de esperanza cuando en mis fuerzas no podía dar más.

Allí estaba Él esperándome con los brazos abiertos, diciéndome que me amaba con amor eterno, que su fidelidad estaba siempre reservada para mí.

Su amor desde las lejanías de mis pecados me llamó, me atrajo hacia Él para nunca más soltarme, soportó todos mis rechazos hasta alcanzarme.

Tan dulce y genuino fue su amor, era el remedio que mi alma hambrienta necesitaba, su amor me embargó tan profundo que nunca más fui el mismo.

Su compasión por mí me hizo amarlo genuinamente, su fidelidad me asombró tanto que no soy capaz de dejarlo porque sé que no existe nadie que me ame así.

¡Gracias Dios mío por tan bello y grande amor!

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La Iglesia

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Hechos 2:44-46 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

Así nació lo que hoy conocemos como iglesia, era la reunión de aquellos hombres y mujeres que tenían una misma fe, una misma devoción y en donde, a pesar de la persecución podían encontrar un refugio.

El pintor holandés Vicent Van Gogh, pintó una obra llamada “la iglesia de auvers-sur-ois”, es una de sus últimas obras, y una también de las más conocidas.

Al ser hijo de cristianos, dio mucha curiosidad lo que él sintió al momento de pintarla.

La obra fue pintada con colores oscuros y grises que podrían denotar cierta tristeza, pero lo más curioso es que nos muestra que la iglesia se encontraba entre dos caminos y no posee puertas.

Van gogh siempre vivió en medio de los impulsos de su talento y lo oportunidad de conocer al Dios de sus padres, para él la iglesia se convirtió en una especie de prisión de donde no quería salir, pero tampoco se atrevía a entrar completamente.

Existen muchas personas que sienten lo mismo que Van Gogh, no van a la iglesia por amor a Dios, sino que se sienten atrapados en ella, han olvidado lo que realmente significa el encontrarse con Dios.

En estos tiempos en donde la iglesia está siendo tan atacada, debemos tratar de que los demás tengan un buen y bello concepto de ella.

¿QUÉ SIGNIFICA LA IGLESIA PARA TI? PARA MÍ SIGNIFICA:

Ø ES LA PUERTA AL CIELO

Ø UN HOGAR PARA EXTRANJEROS Y PEREGRINOS

Ø UN REFUGIO PARA LOS QUE SON PRESA DE TEMORES Y DOLOR.

Ø UN HOSPITAL PARA EL ALMA Y EL CORAZÓN.

Ø UNA ESCUELA DE PALABRA DIVINA.

Ø UNA LUZ EN UN MUNDO RODEADO DE OSCURIDAD.

Ø EL LUGAR DONDE ENCONTRAMOS EL ABRAZO DEL PADRE.

Ø EL LUGAR DONDE RECIBIMOS PALABRAS DE ALIENTO.

Ø EL LUGAR DONDE PODEMOS ESCUCHAR UNA BUENA NUEVA QUE NOS LLENE DE ALEGRÍA.

Ø EL LUGAR DONDE PUEDO REENCONTRARME CON EL AMOR DE MI VIDA.

Ø EL HOGAR DONDE ME REÚNO CON MIS HERMANOS AMIGOS.

Ø EL HOGAR DONDE NUNCA SERÉ RECHAZADO.

Y ya sea en una pequeña casa o un gran estadio, en una choza o un enorme coliseo, gracias a Dios en todas partes del mundo su palabra es y por siempre será predicada.

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Padre Excepcional

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Lucas 15:17 Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!

La historia es muy conocida, muchos la hemos escuchado de niños como una advertencia o enseñanza de lo que no debemos hacer, pero ya de adultos nos sentimos identificados con la historia de aquel joven.

Aquella parábola nos enseña y nos hace recordar:

  • Que no todos los que dicen ser amigos lo son, y que muchos fingen por interés.
  • Aprendimos que la vida es dura y que muchas veces no estábamos preparados.
  • Sabíamos que ciertas cosas eran malas pero las hicimos para poder encajar.
  • A lo largo de la vida fuimos seducidos por el mal y caímos en vicios y en tentaciones.
  • Nos dimos cuenta que por nuestro egoísmo alejamos a las personas que nos amaban.
  • Es muy duro y difícil levantarse después de una crisis.
  • Neciamente rechazamos las buenas enseñanzas de nuestros padres y del resto.
  • Nos entercamos en sueños que resultaron en tristezas.
  • Separados de Dios, nos sentíamos solos, abrumados, y angustiados.
  • Los momentos duros nos hacen recordar aquellos momentos de nuestra infancia.
  • Aquéllos momentos tristes nos enseñan a valorar las cosas importantes de la vida.

Uno nunca sabe cuánto nos aman nuestros padres, nuestra familia,  nuestras parejas o nuestros amigos hasta que pasamos por momentos difíciles.

Y sin importar cuántos errores hallamos cometido en la vida, tenemos un Padre celestial que con los brazos abiertos espera que volvamos al hogar.

Dios nos está esperando cada domingo, le dice a sus ángeles, miren como viene a mí encuentro.
Cada vez que oramos y le buscamos de corazón se alegra de que lo visitemos.
Y la iglesia es el lugar donde tú también puedes sentirte como en casa, ven al hogar.

Estando en esa situación aquel joven vuelve en sí, despierta y se da cuenta de sus errores, que tiene un padre que lo ama, y comienza a valorar aquellas pequeñas cosas que eran tan valiosas:

  • La paz de tener un refugio.
  • El amor genuino de personas que nos aprecian
  • El perdón que necesitaba.
  • La comprensión y no el sentirse juzgado.
  • Verdaderas amistades.
  • La plenitud de poder ser uno mismo.
  • Una mano
  • Un beso
  • Un abrazo cálido.
  • Unos brazos que siempre estarán esperando.
  • Y una nueva oportunidad para empezar otra vez.

Todas aquellas cosas las podemos encontrar en Dios y también en la iglesia.

Quizá no lo veas pero Dios está con los brazos abiertos esperando por ti.

Él quiere sanar las heridas que la vida te dejó, quiere acompañarte, quiere demostrarte que te ama, quiere hacer un banquete porque su hijo estaba perdido pero ha sido hallado, estaba muerto pero ha vuelto a la Vida, ha vuelto al hogar.

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Te busco

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Camino buscándote sin parar, has ocultado tan bien tus huellas que no logro poder seguirte el paso.

Te necesito como la abeja a la miel, cómo el novio a la novia, como nunca antes pensé hacerlo.

Es que sin Ti el cielo parece nublado, la vida se torna grisácea, el amor parece solo un cuento.

La verdad está en tu boca, la misericordia en tu mirada, la hermosura cubre tu rostro.

Tan perfecto eres para mí que no puedo alejarme de Ti, que no sé cómo seguir sin Tu ayuda.

Ven a mí encuentro porque te estoy buscando día y noche, clamo a ti cada vez que puedo.

La noche parece no terminar, necesito tu Luz para poder sentir que todo estará bien.

Tus abrazos me daban seguridad, debajo de tus alas poduedo llegar a sentir mucha paz.

No soy tan fuerte cómo creía, eras Tú eres el que me ayuda a resistir.

Mi fe por si sola no logra nada, pero si tú estás conmigo entonces todo lo puedo.

Lo intento y re intento pero si estás a mi lado todo me ayudará para bien.

Te busco porque sé que te amo, porque caminar sin Ti solo es tristeza y soledad.

Acompáñame y tómame la mano, la única mano que siempre me ayuda y me sostiene.

Las tormentas vinieron y no tenía refugio, las flechas cayeron y me encontraba sin escudo.

Sana mis heridas, lava mi corazón de las angustias, seca las lágrimas que llenan mi rostro.

Perdóname si me cuesta ser fiel, si quiero negociar los límites de mi corazón.

Hoy mi mente y corazón son tuyos, el trono de mi ser te pertenece a Ti.

Hazme otro, crea algo nuevo y maravilloso dentro de mi, moldéame como la arcilla.

Bendíceme como antes lo hacías y sustenta mi corazón con tus palabras.

Vuelva la alegría a mi rostro y mi corazón halle la paz porque contigo estoy.

Acércate a mí que estoy deseoso de tomar tu Cruz, ponerme tu yugo y seguirte.

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Quiero ver

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adorando

La rutina de la vida me distrae, los problemas nublan mi visión, me hacen olvidar lo importante y mi verdadera prioridad.

Jesús, quiero ver, cuanto anhelo poder ver por un instante tu rostro, y sentir aquella mirada de amor inundando mi necesitado corazón.

Quiero ver tus manos, para recordar el sacrificio que hiciste por mí, para tener presente que nunca nadie me amará como lo haces Tú.

Quiero ver tus pies, postrado ante ti reconocer que Tú eres mi Señor, que aquellos pies pisaron la tierra porque decidiste salvar a un pecador.

Quiero ver tu costado, para entender que fue por mi fracaso que entregaste tu vida, que el pecado de mis actos causo Tú dolor.

Quiero ver un destello de tu gloria, sentir tu presencia transformando mi ser, comprender que tu sangre sobre mí es lo que me permite acercarme a Ti.

Quiero ver un rato de Tu amor, quiero poder sentir tu abrazo, sentirme seguro bajo la sombra de tus alas y recordar que tengo un Padre que me ama.

Quiero verte en mi vida, quiero que lo llenes todo, que cada elección la tome contigo, que no haya momento en donde no me acompañes.

Quiero verte en mí, toma el control de todo lo que soy, quiero menguar para que tu reines en mi vida, para que señorees mi corazón.

Quiero verte en las personas que me rodean, quiero ser luz y un embajador de tu mensaje, lléname de amor para que ellos también te vean.

Quiero verte al partir de este mundo, reconocerte y saber que mi vida fue agradable para ti y escucharte decir: Buen siervo, entra al gozo de tu Señor.

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No retrocedas

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original

Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. Lucas 9:62

Existe una idea que tienen todos los atletas antes de una carrera: No pierde el que se cae sino aquel que se da por vencido.

Derek Remond era un atleta el cual era el favorito para ganar el oro en la carrera de oro en las olimpiadas de 1992.

Aunque había tenido lesiones previas, acababa de ganar la medalla de oro en el mundial de Tokyo en 1991.

Derek parecía encontrarse en su mejor momento y tras una vida de mucho esfuerzo sabía que quizá esta era su última oportunidad de alcanzar la medalla de oro en una olimpiada.

El 3 de agosto de 1992 suena el disparo inicial, 65mil personas incluido su padre lo ven correr y abrirse paso hasta los primeros lugares.

Después de correr más de 200m2, Derek escucha un chasquido en su pierna, un dolor terrible recorre su cuerpo y se desploma.

Derek no lo puede creer, se niega a darse por vencido, se levanta, pero la rotura en su pierna lo obliga a cojear, los paramédicos llegan a su encuentro sin embargo él se niega a rendirse, entre lágrimas, el dolor y la multitud que le grita que pare, él sigue avanzando.

Su padre Jim está viendo a su hijo sufrir en cada paso y no aguanta la escena, salta de su silla, golpea personas hasta poder bajar, burla la guardia de seguridad y rompiendo las reglas entra al campo a ayudar a su hijo, pero su hijo le dice que no va a parar.

Su padre está conmovido y al ver su determinación lo abraza, se convierte en su apoyo y avanzan juntos.

Los hombres de seguridad y paramédicos intentan detenerlos, pero el Padre los aleja diciendo: Es mi hijo. Y ambos llorando y avanzando van juntos hasta la meta.

El público entero se pone de pie, Derek no ganaría la medalla de oro aquel día, pero su determinación ha ganado la admiración del público, su padre al entrar al campo provocó la descalificación de su hijo, pero conmovió en inspiro a miles de personas.

A veces nosotros somos como aquel corredor, creemos que basta con tener buenos estudios, buenos contactos, tener un buen trabajo, pero de pronto comienzan los problemas, los traumas, las dificultades y sentimos que cojeamos y no podemos seguir.

Nunca debemos darnos por vencidos, debemos seguir adelante hasta el final, y cuando las fuerzas nos falten, también tenemos a un Padre que nos ve desde el cielo, baja a nuestro encuentro, nos abraza, nos apoya para que podamos seguir y les dice a los demás: Es mi hijo.

También sería bueno tener amigos, familiares, hermanos en Cristo que nos inspiren, nos motiven y también nos apoyen.

Jesús nunca te dejará: Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; Filipenses 1:6

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Quiero tenerte conmigo

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buscando a Dios

Mi alma te busca desesperadamente, pero pareces estar ausente, es mi alma la que distraída no logra hallarte.

En medio de tantas obligaciones mi corazón pronuncia Tu nombre, mi ser entero necesita Tu compañía.

Quiero correr hacia mi Padre Celestial, abrazarlo, aunque sé que no puedo verlo, extender mis manos, aunque no pueda tocarlo.

Extraño el domingo, pero también quiero sentirte en la semana, quiero tenerte conmigo cada hora y cada día.

No quiero separarme de Ti ante los demás, no deseo ocultarte cuando los demás me rodean, estoy orgulloso de ser Tu hijo.

Escucho mis pensamientos clamar en susurros, te amo y mis labios oran pidiendo que vengas a mi lado y bendigas mi día.

Lo que realmente quiero decir es que te amo, que no estoy tranquilo si no te siento conmigo o sin saber que estás a mi lado.

Deseo derramarte mi corazón en cada lugar, decirte lo que pienso cada vez que pueda y sentirme confiado en todo momento.

Tú eres mi refugio, la razón por la que puedo seguir adelante, el motor que me ayuda a seguir en medio de las dificultades.

Toma mi mano y camina conmigo, mírame y sonríe, quédate junto a mí mientras vivo, mientras transito tu Camino.

Quiero tenerte conmigo, quiero disfrutar de tu presencia, quiero sentir tu abrazo una vez más y seguir así por la eternidad.

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La fidelidad de Dios

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Dios ha sido fielPodría fallar todo aquello en lo que me sostenía y mi mundo podría voltearse contra mí, pero su mano al sostenerme me mantendría firme.

Todos podrían traicionarme, podría sentirme lleno de dudas y de dolor, pero bastaría su abrazo para que mi corazón se sienta amado otra vez.

Pasan tantas cosas malas a diario, los problemas nos hunden en un mar de dudas y de dolor, pero Él nos levanta y nos hace andar sobre el mar.

La oscuridad puede rodearnos haciéndonos perder el rumbo, logrando que nos sintamos desamparados, pero su Luz todo lo aclara, su voz de amor conforta nuestro ser.

Podemos sentir el enojo ardiendo en nuestro interior, sentir la ira buscando cabida en nuestra alma, pero su gracia en nosotros nos llena de paz y comprensión.

Por momentos las circunstancias adversas pueden golpearnos, las malas noticias pueden tratar de derribarnos, pero el amor de Dios es un escudo que nos mantiene de pie.

Cada vez que las fuerzas me han faltado, que la inteligencia y los talentos parecen nada, podía ver su misericordia ayudándome a seguir.

Cuando creí que no podía más, cuando mi mente estaba tan confundida que no sabía qué hacer, pude escuchar su susurrar diciéndome lo mucho que me amaba.

La fidelidad de Dios nunca se agota, su amor nunca falla, sus tiempos son exactos y siempre llega en el instante preciso para salvarnos.

No importa lo que piense el resto, no importa cuán mala pueda verse una situación, yo sé que mi Redentor vive y que es poderoso para rescatarme.

Bendito sea Dios, porque su fidelidad es tan hermosa, su amor es tan puro y Él nunca nos deja pasar por algo que no podamos resistir sino que al final todo nos ayuda para bien.

Amado mío, gracias por estar pendiente de mí, gracias porque a pesar de lo que soy Tú siempre eres fiel y nunca me has abandonado.

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Relación con Dios

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LecturaPara explicar lo que es una relación con Dios quiero darles un ejemplo en la biblia: Salmos 27:7-10

Oye oh Jehová mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí y respóndeme.

Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová…

Los salmos son canciones y poemas a Dios, en el idioma original estos textos rimaban.

Como escritor de blogs he escrito muchas veces acerca del amor, pero escribir una carta de amor es totalmente diferente, se necesita conocer muy bien a la otra persona, recordar todos aquellos momentos juntos y aquellas cualidades que hacen que esa persona sea inolvidable.

David era un soldado, pero tenía un corazón lo suficientemente romántico y sensible para poder escribirle una carta de amor a Dios, y aquel salmo relata pasión e intimidad que tenía junto a Dios.

Quiero relatarles mi propia relación con Dios:

Yo conocí a Dios en un momento muy difícil de mi vida, tras un año muy difícil, y en una noche en donde yo estaba muy confundido, lleno de enojo, de ira, Dios en un momento me susurró que lo buscara, y aquel susurro fue tan fuerte que oré y le rendí mi vida a Dios.

Así que para mí Dios era mi salvador, era el superhéroe que me rescató en mi momento más oscuro.

Cuando uno está enamorado uno busca conocer a la otra persona, comienza a revisar las redes sociales, a buscarla en google, y yo quería conocer a Dios, y la única manera de conocerlo es leyendo la biblia.

Dado que en esa época leía muy poco, calculé que si leía un aproximado tres capítulos por día, en un año podía terminarla, así que me propuse leer, terminar la biblia entera y conocer a Dios.

Algo más que ocurre cuando te enamoras es que quieres comunicarte con la otra persona, descubres que el celular aparte de tener juegos y aplicaciones también sirve para llamar.

Cuando conocí a Dios quería comunicarme con Él, nunca logré hablarle muchas horas, pero podía abrirle el corazón sinceramente.

También había otras formas que me ayudaban a mantener mi relación con Dios:

· Yo también tengo mi canción con Dios, que es una canción que escuché cuando me convertí.

· También le predicaba y les hablaba a los demás de Dios.

· Llegaba temprano al culto.

En toda relación existen momentos de crisis, momentos de altibajos pero que sirven para probar el amor, momentos que nos hacen valorar su compañía.

Y en esos momentos uno no necesita que lo juzguen, lo que necesitamos es que alguien nos recuerde lo mucho que Dios nos ama, que cada vez que te acerques a Él puedes saber que siempre te sigue amando, que siempre te abrazará y te susurrará: Te amo y te amaré hasta el final.

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