NEGAR LA REALIDAD

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La presidenta del Perú Dina Boluarte dijo en declaraciones recientes: “El Perú es un país que está en calma y paz” lo cual ha generado bastantes controversias y debates, ya que sus palabras se encuentran bastante alejadas de la realidad, en el país la tasa de delincuencia ha aumentado muchísimo en los últimos meses, al igual que se habla de una fuerte recesión económica.

Negar la realidad no provoca que las circunstancias adversas cambien ni tampoco las evita, por el contrario, si no tomamos las debidas acciones puede que todo empeore y que las consecuencias de nuestra negación nos afecten en mayor medida.

Muchos cometen el error de pensar que la declaración de fe es negar la realidad, por el contrario, es creer que la realidad va a cambiar con la ayuda de Dios, es creer que lo que para nosotros parece imposible con el favor de Dios puede ser posible.

La fe es acción, eso quiere decir que no basta solo con tener la esperanza de que todo va a cambiar, sino que se requiere de esfuerzo y de confianza hasta escuchar la respuesta de Dios, se requiere de firmeza para batallar sin dudar, de valentía para esforzarnos y creer en sus promesas para actuar conforme a ellas.

· No puedo negar que he pecado, pero creo que la sangre de Cristo me limpió y me hace una nueva criatura.

· No puedo negar que ahora me encuentro enfermo, pero creó que por las llagas de Cristo ya he sido sanado, y lo declaro día tras día.

· No puedo negar mi escasez, pero creo que en Cristo soy prosperado en todas las cosas, y que si le busco todo lo demás vendrá por añadidura.

Los cristianos no niegan la realidad, pero tampoco se conforman a ella, los cristianos buscamos primero la ayuda de Dios ante cualquier mala noticia, ante cualquier angustia o necesidad. Acudimos a su presencia en búsqueda de su favor, apelamos a su gracia y misericordia para que sea Él quien nos sostenga con su diestra y nos de la victoria.

Confesamos con fe las promesas de Dios y nuestra alma descansa en ellas, no permitimos que la ansiedad nos venza, que la angustia nos haga desmayar, que la depresión nos derribe, que “el no se puede” nos mantenga de brazos cruzados, sino que confesamos:

· Diga el débil: ¡Fuerte soy!

· Diga el pobre: ¡Rico soy!

· Diga el triste: ¡Alegre estoy!

Los cristianos tenemos al creador de la realidad a nuestro lado, al Creador del universo junto a nosotros, al Salvador de nuestras almas en nosotros, por eso podemos decir confiadamente: Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… Salmo 23:4

ANIMAOS UNOS A OTROS

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Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 1Tesalonicences 4:18

El apóstol Pablo nos relata en su primera carta a tesalónica acerca del rapto y los tiempos finales, pero él en muchas ocasiones insta a los hermanos a motivarse los unos a los otros y a encontrar esperanza y fe en la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo.

Hoy en día hablar de los tiempos finales causa miedo, ansiedad o pena en los hermanos, a tal punto que muchos piensan que no estarán listos para la segunda venida, ya hasta han perdido las ganas de luchar para ser parte de aquella novia vestida de lino fino, limpio y resplandeciente.

Una de las principales virtudes de la iglesia primitiva y que los ayudaba a estar preparados para la segunda venida, nos lo vuelve a indicar el apóstol Pablo: Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. 1Tesalonicences 5:11

Hermanos necesitamos animarnos los unos a los otros, reconocer que es más fácil poder avanzar el Camino angosto si tenemos la ayuda y la corrección de otr@ herman@ en Cristo. Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Hebreos 3:13

Hermanos, incluso si tropezamos es más fácil que podamos reincorporarnos y no apartarnos si contamos con la mano de otr@ herman@ en Cristo que nos ayude a levarnos: Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante. Eclesiastés 4:9

Pero ante todo debemos contar con el mejor amigo de todos, aquel que no traiciona, aquel que nunca falla, que siempre llega a tiempo, aquel que nos comprende más que nadie, aquel que trae paz al corazón, aquel que nos ama con un amor eterno, aquel que promete estar siempre a nuestro lado, aquel que siempre está dispuesto a dar otra oportunidad al que verdaderamente le busca: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga. Mateo 11:28 -30

TRINOMIO CRISTIANO PERFECTO

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El trinomio cuadrado perfecto es de gran importancia ya que nos ayuda a resolver de forma sencilla problemas de Física, Química, Finanzas, etc. Se emplea en la solución de ecuaciones cuadráticas y algebraicas, además nos permite definir en una ecuación formas como las de un espejo parabólico, un telescopio reflector o una antena parabólica.

En la biblia también tenemos una fórmula que nos permite conocer las tres principales virtudes que requiere todo creyente para que pueda definir la imagen de Cristo en su vida.

Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. 1Tesalonicenses 5:8

1. La feporque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor. Gálatas 5:6 La fe es activa cuando está acompañada de amor, la fe aumenta entre más conocemos y nos enamoramos más de Dios y de su palabra, la fe que tiene la seguridad de que lo que esperamos va a suceder y cree en lo invisible es aquella que opera a través del amor.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1 La fe espera activamente, no pierde la esperanza a pesar del paso del tiempo, acompañada de la esperanza no mengua, sino que sigue perseverando hasta alcanzar la promesa de Dios.

…acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. 1Tesalonicenses 1:3

2. La esperanzay la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5 El amor da calidez a los fríos minutos cargados de incertidumbre y silencia las voces de duda del enemigo, el amor nos ayuda a mantener viva la esperanza, porque sabemos que tenemos un Dios que verdaderamente nos ama con un amor infalible y confiable.

Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; Gálatas 5:5 La fe aprende a esperar, la fe cree que el tiempo de Dios es perfecto ya que a su debido tiempo Él traerá libertad y salvación si esperamos pacientemente, la esperanza va de la mano con la fe hasta que el tiempo oportuno de Dios nos alcance.

Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1Corintios 13:13

3. El amor Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios13:7 El apóstol Pablo llega a la conclusión de que el amor es la principal virtud del creyente porque lleva en sí misma fe y esperanza. El amor es la mayor fuerza de la creación, nos ayuda a confiar en Dios en los momentos más duros de la vida, por amor buscamos sus palabras las cuales alimentan nuestra fe, el amor nos impulsa a esperar pacientemente en las promesas de Dios, aunque tardemos en verlas.

TODO LO SUFRE

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Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios13:7

Decir que el amor todo lo sufre pareciera tan contradictorio. Estamos acostumbrados a pensar que el amor será siempre un Camino de rosas, un eterno paraíso de bellos momentos y alegres recuerdos; hasta que los problemas en la pareja empiezan.

Aprendemos que a veces tenemos que ceder a nuestra comodidad, dar más del cien por ciento para que la relación funcione, esforzarse para alegrar a la otra persona, perdonar faltas grandes y pequeñas, comprender las necesidades del otro, sacrificarse para mantener el calor del amor.

Se sufre cuando se discute, cuando las peleas no hallan una rápida solución, cuando hay frialdad en el otro, cuando la molestia no disminuye, cuando las horas pasan sin hablarse, cuando te sientes solo en tu propio hogar, cuando los te amo no se escuchan, cuando no reconoces a tu pareja idónea.

En ese momento el enemigo aprovecha para susurrar pensamientos: ¿Realmente esa es la persona que Dios preparó para mí? ¿me habré equivocado? ¿debí esperar a que Dios me de más confirmaciones?

Entonces Dios te hace recordar que Él también ha sufrido por amor a ti, Él perdonó cada una de tus faltas, cada día te tiene paciencia, te bendice a pesar de tu pasado, sin importar lo que hiciste Él dio su vida por ti, Él te ama con amor eterno y nuevas son sus misericordias cada mañana.

Entonces comprendes que aquel sufrimiento no es en vano, que todo el esfuerzo vale la pena cuando observas sus ojos llenos de gratitud, que el ser humilde al pedir perdón provoca que haya restauración, que al tomarle la mano y decirle que le amas abre aún más su corazón, que las largas charlas les hacen darse cuenta que ambos están luchando por su hogar y por su fe.

Vale la pena sufrir por amor un amor que pone a Jesús en el centro, que persevera a pesar de las dificultades, vale la pena sacrificar tu tiempo por aquella pareja idónea, vale la pena perder horas de sueño por nuestra compañera de batallas, vale la pena ser detallista por la persona que Dios preparó para ti, vale la pena sufrir para construir un verdadero matrimonio basado en Jesucristo.

AFERRADO A TU DIESTRA

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Isaías 41:8-9 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo.

Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.

La biblia dice que los que son de fe también son hijos de Abraham, que la bendición de Abraham fue para todas las naciones, para todos aquellos que en todas partes del mundo han creído en el mensaje de la Salvación. Y nosotros nos encontramos en tierras lejanas, y desde allí Dios nos tomó, nos escogió con tanto amor que nunca nos desechará.

Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

En estos tiempos de crisis, en donde es tan fácil sentir temor por todo lo que está ocurriendo, es tan maravilloso poder saber que no estamos solos, poder confiar en que Dios nos está acompañando. Que nos anima a no desmayar y a que no tiremos la toalla, saber que Él nos llena de fuerzas cuando nos sentimos flaquear, que Él nos sustenta aún en medio de las crisis, porque su diestra es poderosa y llena de justicia.

Isaías 41:11-12 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo.

Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.

¿Quién podrá dañar a un escogido de Dios? Ellos ya son como nada, porque con nosotros se encuentra el Omnipotente, Él nos bendice y nos guarda, Él nos limpia y nos hace estar en paz. Y si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

Isaías 41:13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.

Dice su palabra, que en su presencia hay plenitud de gozo y delicias a su diestra. Que Su diestra hace proezas, es salvadora y hace valentías. Nuevamente Dios nos recalca que Él nos sostendrá, que no hay lugar para el miedo en nuestros corazones si podemos confiar que Él es nuestra ayuda, que el Creador del universo está de nuestro lado.

Isaías 41:14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.

¿Qué es el ser humano? ¿Qué somos en medio de una crisis o una mortandad? Pero aun siendo tan frágiles e insignificantes comparados con la creación, podemos confiar en que Dios es nuestro socorro. En un momento en dónde muchos abandonan el evangelio, en donde muchos se alejan de Dios, nosotros podemos confiar en que Él ciertamente nos ayudará, que nos salvará porque nos compró a precio de sangre, que nos aquel que nos rescató y santificó también nos salvará hoy.

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REFLEXIÓN: SEGUNDA OPORTUNIDAD

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Debido a la crisis que estamos viviendo, se dieron casos en muchos países de presos que fueron liberados por el riesgo a contagiarse de la enfermedad, pero que al salir cayeron en los mismos actos delictivos por los que fueron arrestado, incluso algunos hicieron cosas peores, llegando incluso a matar.

Esto me hizo recordar el siguiente pasaje de la biblia: 2Pedro 2:20-22

Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.

Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.

Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.

Cuando nacimos de nuevos fuimos rescatados de la cárcel del pecado, de la esclavitud de los malos hábitos, de las cadenas de los malos pensamientos, Cristo nos hizo libres para vivir una vida nueva. Sin embargo, muchos no valoran aquella libertad, tristemente no comprenden la enorme gracia que Dios nos dio al ser aceptados como sus hijos.

1Pedro 1:18-23 …sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.

Cristo nos rescató ofreciendo su propia vida por nosotros, Él se entregó porque nos ama, aunque no lo merecíamos, aunque nosotros estuviéramos tan manchados, tan llenos de errores y tan llenos de maldad, fue su sangre preciosa la que nos hizo revivir. Si queremos realmente vivir en esa nueva vida es necesario que obedezcamos a la verdad, que busquemos continuamente la Dios, que permitamos que Él siga haciendo su transformación en nosotros, y nos llene de aquel amor con el podemos amarlo a Él y a los demás.

Efesios 4:22-29 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.

Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Si hemos nacido de nuevo, debemos despojarnos todas aquellas cosas que hacíamos mal, alejarnos de todos los pecados que antes hacíamos, y dar un fruto de verdaderos cristianos, comportarnos como verdaderos hijos de Dios.

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REFLEXIÓN: AL PIE DE LA CRUZ

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Juan 19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.

Existe mucha polémica acerca de quién es aquel discípulo amado, aquel discípulo que se recostaba en el pecho de Jesús, que sí estuvo presente durante la crucifixión cuando los demás se escondían, y que corrió junto a Pedro cuando les dieron la noticia de que la tumba estaba vacía.

Muchos dicen amar a Cristo, quieren seguirlo cuando las cosas van bien, cuando los milagros ocurren, cuando las multiplicaciones suceden, cuando las sanidades aparecen, pero muy pocos quieren pagar el precio de acompañarlo al pie de la cruz, cuando llegan los tiempos de prueba.

Aquel discípulo amado, se recostaba en su pecho, quería conocer su corazón, saber lo que pensaba, tener una amistad genuina, una amistad que fue probada cuando fue el único de los doce que estuvo a su lado en la crucifixión, y fue el primero en llegar a la tumba vacía.

Da mucha pena cuando aquella persona quién creías que era tu amigo te deja atrás en los malos momentos, duele saber que aquella persona en quién confiabas te abandona en los tiempos difíciles, cuan solitario y amargo es conocer a una persona que no te demuestra su fidelidad.

Hebreos 10:38-39 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Nosotros no debemos ser de los que retroceden, no debemos ser como Judas que vendió al maestro por 30 monedas de plata, no debemos cambiar a Jesús por una aparente seguridad momentánea, ni por un placer pasajero o un pecado oculto. Nosotros debemos ser de aquellos que tenemos fe y seguimos firmes porque lo amamos y sabemos nuestra recompensa.

2Juan 1:9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Ser cristianos es para valientes, a veces podemos tropezar, renegar, incluso fallar, pero aquellos que perseveran, aquellos que no se rinden y no vuelven al mundo, sino que persisten en el evangelio son lo que realmente le conocieron.

Apocalipsis 2:4-7 Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.

Es tiempo de volver al primer amor, aquel amor que era un fuego que nos hacía estar pendientes de Dios, aquel amor que nos hacía buscarle a todas horas, aquel amor por el cual buscábamos tiempo para orar y hablar con Él, aquel amor que nos impulsaba a ganar almas para Cristo, aquel amor que era un motor que nos mantenía a firmes ante los vituperios, aquel amor que nos hace estar firmes hasta su venida.

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REFLEXIÓN: CRISTIANOS DE PAPEL

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Santiago 2:17-18 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Las obras deben ir juntamente con la fe, entre más conocemos de Jesús, más nuestras acciones deberían cambiar. Nuestra vida debe reflejar aquel acercamiento que tenemos con Cristo.

Santiago 1:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. En nuestros días existen muchos cristianos de oídas, pero que no viven realmente una vida cristiana. Cristianos de papel que, en teoría son cristianos, que dicen ser cristianos, pero sus obras no reflejan ningún fruto de cambio.

Santiago 1:23-25 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. No basta con leer la biblia o escuchar los mensajes, es muy necesario que los pongamos en práctica, el seguir a Jesús es un estilo de vida, un cambio en nuestra forma de pensar y de actuar; nuestros hábitos y comportamientos deben cambiar, incluso nuestra manera de hablar reflejará la comunión que tenemos con nuestro Salvador.

Efesios 2:8-10 Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. El apóstol Pablo nos enseñar que las obras ciertamente no nos salvan, hemos sido salvos por gracia, un maravilloso regalo de Dios para todos los que creemos. Pero luego nos dice que hemos sido creados para buenas obras, y que debemos andar en ellas. Tenemos que transitar en aquellas obras, seguir el ejemplo de aquellos héroes de la fe.

1Corintios 11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. El mismo apóstol Pablo, exhorta muchas veces en que debemos ser imitadores de Él y sobre todo de Jesús. Cuando leemos los evangelios vemos a Jesús, que no solo enseñaba, sino que su vida era un reflejo de amor, de fe, de esperanza, de misericordia. En el libro de los hechos y en las distintas epístolas, vemos a los discípulos de Cristo, que a pesar de sus carencias, fueron hombres transformados por el poder de Dios, y sus vidas reflejaron esa comunión con Cristo.

2Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Todos nosotros, desde el mayor hasta el menor somos embajadores de Cristo, cada uno de nosotros hemos sido escogidos para llevar las buenas nuevas, el precioso evangelio. Por lo tanto, nuestra vida y nuestro testimonio tiene que reflejar que somos imitadores y seguidores de Jesús.

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LA PERSONA DE JESÚS: EL AMIGO QUE NOS ENTIENDE

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Jesús es el hijo de Dios, pero en los evangelios también podemos ver un lado humano, ciertamente era divino, pero también humano. Nació como nosotros, creció como nosotros, vivió como nosotros, trabajó como nosotros, porque estuvo entre nosotros, pero no era de nosotros, y a pesar de esa humanidad Él venció al pecado, y fue a la cruz por amor.

Mateo 21:12-13 Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Es una reacción muy humana molestarse por algo que sabemos que está mal o indignarnos ante una injusticia. Jesús se molestó de que aquel lugar que debería servir para acercar a las personas a Dios, se hubiera convertido en un comercio lleno de ladrones que lucraban de la fe.

Mateo 15:26-28 Respondiendo él, dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. Y ella dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora. Probar a otros es algo muy humano, nos gusta comprobar la fidelidad de los demás. Jesús probó el corazón de la mujer cananea que tenía su hija enferma, comprobó su amor de madre, su perseverancia y su fe, por lo que sanó a su hija.

Juan 11:33-35 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Conmovernos hasta el punto de llorar ante las pérdidas o ante alguna desgracia es algo muy humano. Jesús quizá se conmovió de la fragilidad del ser humano, de lo emocionales que somos ante la pérdida de un ser querido o de la falta de fe que a veces podemos tener.

Marcos 1:40-42 Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Tener misericordia y querer ayudar a alguien que sufre es algo que muchos tienen, pero no la voluntad y el amor para llevarlo a cabo. Aquí ya podemos apreciar un poco de lo divino, Jesús no solo tuvo misericordia para sanarlo, sino que pudiendo tener muchas formas de hacerlo, decide tocarlo y lo dignifica como persona, le hace sentir cariño y afecto en tan solo un acto.

Marcos 14:35-36 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Es muy humano sentir temor y querer cambiar una situación, pero hay que ser muy divino para ser capaz de pedir que se haga la voluntad de Dios, a pesar de lo que iba a suceder, darte totalmente por amor.

¿Cómo no amar a alguien así? Que es capaz de entendernos, que es capaz de comprender lo vulnerable que somos, que es capaz de amarnos tanto que dio su vida para salvarnos, que es capaz de amarnos como nadie nunca lo hará.

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EL LEGADO DEL CRISTIANISMO

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Estos días me preocupé acerca de qué sucedería con todo el legado del cristianismo.

Que sería de la cantidad de libros que se han escritos, los himnos que se han compuesto, todo aquel arte inspirado por el Espíritu Santo a lo largo de los años.

Hasta que entonces entendí que nuestro legado es más que solo libros, es más grande que los poemas, más hermoso que las canciones, más profundo que los versos o más perdurable que la literatura cristiana.

Nuestro verdadero legado son las almas, son nuestras familias, son todas las personas que llevamos a Jesús y todos los que sin saber hemos llevado al conocimiento de Cristo

Algún día todo pasará, todo lo que tenemos aquí en la tierra pasará, y todo lo que en parte conocíamos nos será revelado, por fin veremos cara a cara a nuestro Salvador, estaremos frente a Él, todos juntos adorándole, y vendrán nuevas canciones, le compondremos nuevos versos, le demostraremos nuestro amor con los dichos de nuestro corazón.

Con nosotros estarán todas aquellas almas a las que predicamos, y aquel será el legado y la recompensa más grande de nuestra existencia, el sentir el agradecimiento de esas personas, saber que pudimos dar fruto en medio de tiempos de tanta maldad, que no nos rendimos de hacer el bien, sino que perseveramos en la fe y el amor.

El legado del cristianismo nunca ha sido la información, los datos exactos, la numerosidad de nuestros textos o las grandes revelaciones, el legado ha sido la cantidad de personas que han conocido a Jesucristo a lo largo de la historia, la cantidad de almas que rescatamos de las garras del maligno, las familias que restauramos, la multitud de hermanos en Cristo que nos acompañarán cuando Él vuelva otra vez.

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