ESTO TAMBIÉN PASARÁ

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Cuenta una leyenda, que un rey mandó a fabricarse un anillo de diamantes hermoso y especial. Luego hizo el siguiente pedido a los sabios de su corte: Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, ese mensaje ha de ser muy breve.

Aquellos eruditos no sabían cómo darle un mensaje de dos o tres palabras que pudiera ayudar al rey en esos momentos. El rey tenía un anciano sirviente que también había servido a su padre, por lo que le consultó. Y éste le dijo: No soy un sabio, ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas, porque lo compartió conmigo un hombre de Dios hace tiempo (otras versiones dicen un profeta o el Rey Salomón).

El anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia: “No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando sientas que todo ha fracasado y no encuentres salida a tu situación”.

El momento no tardó en llegar. El país entró en guerra y fue invadido rápidamente, el rey tuvo que huir a caballo para salvar su vida, ya que sus perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, al enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. No tenía reino ni ejército. En medio de la desesperación total se acordó del anillo, lo abrió, sacó el papel y decía: GAM ZEH YA’AVOR que traducido es “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”.

Mientras leía aquella frase, se sintió renovarse, aquellas palabras habían resultado milagrosas y se propuso perseverar y salir de aquella situación. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a muchos hombres, formó un ejército y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración, al lado de su carro llegó el anciano, mientras sonreía, le dijo: Este momento también es adecuado, vuelve a mirar el mensaje.

El rey sorprendido abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba, pero el orgullo, el ego, habían desaparecido. El rey terminó de comprender el mensaje.

Isaías 26:4 Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos. Cada vez que pasemos por situaciones difíciles podemos abrir nuestras biblias y leer las numerosas promesas de Dios para nosotros, ellas nos darán paz en medio de la dificultad, nos alentarán en medio de la angustia.

Salmo 30:5 Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría. Al igual que en la historia, nosotros podemos confiar en que, si permanecemos con Dios los momentos malos van a pasar, y aún más, porque sabemos que nos espera una gran recompensa junto a Él.

Mateo 24:13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Algún día esta vida mortal también pasará, y debemos estar preparados para la eternidad, de nada servirán ya las riquezas de este mundo, sino todo lo que sembramos para el reino de Dios.

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