Filipenses 4:11-13 No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
El sistema en que vivimos nos obliga a ser consumistas, a siempre querer más y lo último, nos sentimos mal si no podemos saciar nuestro deseo de comprarnos algo o de acceder a tal estatus, sin embargo, los tiempos de crisis son parte de la vida del ser humano, y debemos ser capaces de sentirnos satisfechos cual sea nuestra situación.
Eclesiastés 5:19-20 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
El versículo 20 en la versión BNP: Porque si Dios inunda de alegría su corazón, no pensará mucho en la brevedad de su vida. Es un regalo de Dios que nosotros podamos trabajar y poder disfrutar de nuestro esfuerzo, pero si Dios nos llenara siempre de alegrías, si no sintiéramos ninguna necesidad entonces nos perderíamos, nos olvidaríamos de lo frágiles que somos y de nuestra necesidad de Dios.
Job 1:20-22 Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.
Recordamos la historia de Job, aquel hombre justo, que era temeroso de Dios, pero fue probado hasta el extremo. Aquel tiempo de prueba y crisis le sirvió para reconocer que no conocía verdaderamente al Señor, lo conocía de oídas, pero ahora sus ojos podían verlo, y fue doblemente bendecido tras pasar por aquel perfeccionamiento.
Génesis 45:7-8 Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.
En la historia de José el soñador, observamos el mismo patrón, aquel niño engreído fue transformado a ser el primer ministro de Egipto, tras pasar por diversas pruebas fue perfeccionado hasta estar listo para recibir y ser bendición.
Salmos 18:18-20 Me asaltaron en el día de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo.
Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.
Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado
David pasó de ser un pastor de ovejas a convertirse en Rey de Israel, pero pasando por diversas etapas, en las que tuvo que ser un perseguido del rey, hacerse pasar por loco, expatriado, escondiéndose en cuevas, pero todo ello era parte del perfeccionamiento y de la gran recompensa que Dios tenía para él.
Deuteronomio 8:18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
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