Me rescató porque me ama

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Salmos 18:19 Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí.

Otra versión dice: El Señor me rescató porque me ama; él me llevó a un lugar seguro.

Antes de conocer realmente a Dios no entendía porque había personas capaces de dar su vida por Él, ni tampoco comprendía la magnitud de su amor.

sanando al leprosoLa biblia cuenta una bella historia en Mateo 8:1-3: Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.

Hace dos mil años atrás la lepra era considerada una enfermedad muy contagiosa y una maldición.

Las personas infectadas debían vivir aisladas de la civilización y se tenía estricto cuidado con todo aquello que había sido tocado por los infectados, incluso debían usar campanas o gritar para anunciar que se acercaban y así los demás pudieran alejarse de ellos.

Ser leproso significaba vivir en soledad, ser alejado de tu familia y seres queridos, el tener que soportar el dolor de su piel al podrirse y la deformidad que causaba la enfermedad.

Aquellas personas debían estar sumamente cansadas de ese tipo de vida, debían sentirse sumamente tristes y decepcionadas, tendrían que haberse acostumbrado a ser rechazados, deberían estar muy deprimidas por no poder encontrar un refugio en el cual sentirse seguras y quizá hasta culpables de tener esa enfermedad.

Pero un día un leproso escuchó de alguien que podía cambiar su vida, que podía sanar cualquier enfermedad, su nombre era Jesús.

Aquel hombre se armó de valor, se llenó de fe, él estaba cansado de ese tipo de vida, estaba harto de tanto dolor y rompiendo todas las reglas se acercó donde Jesús.

Jesús estaba predicando y le seguían muchas personas de todas las edades, imagino que muchos deben haberse llenado de espanto, quizás muchos le habrán exigido que se aleje mientras huían pero Jesús permaneció a su lado.

Él sabía que Jesús podía irse, que no era su obligación que hiciera algo por un extraño como él y encima pecador, por eso se arrodilló y le dijo: Señor, Si quieres puedes limpiarme.

Jesús debió haberlo mirado con compasión y amor, lo tocó y le respondió: Quiero, sé limpio.

Para aquel hombre ese acto y esas palabras significaban compasión, paz, libertad, el comienzo de una nueva vida, ese momento debe haberlo marcado porque por primera vez en mucho tiempo su corazón sintió amor.

Jesús lo rescató de su enfermedad porque lo amaba.

Hoy en día existen muchas personas que físicamente pueden estar sanas pero tienen el alma llena de heridas, viven en soledad aunque no se den cuenta, quizá su piel no esté enferma pero sus rostros reflejan las marcas y el dolor de un alma triste y deprimida.

Están rodeadas de hipocresía, hace mucho tiempo que no sienten afecto verdadero, no saben lo que es el amor y muy en el fondo se sienten mal por sus faltas y errores.

Pero al igual que aquel leproso podemos acercarnos a Jesús y saber que Él quiere rescatarnos del dolor de nuestros pecados y llevarnos a un lugar seguro en donde podemos hallar verdadera paz.

Cuando pasamos por esa experiencia nuestra vida cambia y entonces Jesús se convierte en nuestro todo, no existe nada más importante que Él porque sin merecerlo, Él nos amó.

Ésa es la razón por la cual estamos dispuestos a dar hasta la vida porque aunque muchos nos rechazaron, aunque estábamos llenos de faltas y podíamos ser despreciados, Él nos rescató, nos demostró su amor y nos llevó a sus brazos para que estemos seguros.

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