Egipto está pasando plaga tras plaga, pero el faraón se niega a dejar libre al pueblo de Dios, entonces Moisés recibe la revelación de la que será la última y más dura de las plagas. Sin embargo, la última plaga es diferente, esta sería la más destructiva, y Dios quería que todo lo acontecido sea un recordatorio perpetuo de como los salvó y liberó.
Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Éxodo 12:3 Lo primero que Dios pidió es un cordero, el cual debía estar sin defecto alguno, y sería inmolado.
Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Éxodo 12:7 La sangre del cordero debían colocarla en los postes de la puerta, para que cuando pase el destructor vea la sangre y no traiga mortandad a aquella vivienda.
Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Éxodo 12:8 Luego debían comer la carne de aquel cordero, debían evitar tener levadura en sus hogares, y comer hierbas amargas.
¿Cómo nosotros podemos evitar que, en nuestros tiempos, dónde hay tantas crisis, en donde ocurren tantas desgracias, podamos estar a salvo al igual que el pueblo de Dios?
· En nuestros tiempos sabemos que Cristo es aquel cordero por el cual hemos sido salvos: El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29 Jesús se ofreció como aquel cordero para que nosotros tengamos salvación y perdón.
· Es su sangre la que debemos poner en nuestros corazones, la que debemos evidenciar en nuestro día a día: Pues Dios ofreció a Jesús como el sacrificio por el pecado. Las personas son declaradas justas a los ojos de Dios cuando creen que Jesús sacrificó su vida al derramar su sangre. Ese sacrificio muestra que Dios actuó con justicia cuando se contuvo y no castigó a los que pecaron en el pasado,Romanos 3:25 NTV Es por la sangre de Jesús que tenemos acceso al Padre. No debemos avergonzarnos de nuestra fe, debemos hacer que todos vean que su sangre nos hizo libres y nos dio una nueva vida.
· Debemos comer la carne del cordero: El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Juan 6:54 Necesitamos alimentarnos de Cristo, aprender de Él día a día, conocerlo en profundidad.
· Debemos quitar la levadura: Pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. 1Corintios 5:7 Limpiemos nuestros corazones de todas aquellas cosas que pueden hacernos caer, quitemos todas las cosas que puedan apartarnos de Dios.
· Hierbas amargas: Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza. Pero la tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual. 2Corintios 7:10 NTV Debemos arrepentirnos sinceramente, sentir repudio por la vieja naturaleza, aborrecer el pecado y no caer nunca más en ello.
Síganos en nuestras redes sociales: