1Juan 2:8-11 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
Es necesario para poder crear un hogar que vence al maligno que exista el amor en la familia, tener amor los unos por los otros y evitar el odio o todo aquello que cause divisiones. Tenemos que amar a cada miembro de la familia, porque como cristianos todos somos parte del cuerpo de Cristo y todos somos hermanos.
1Juan 2:13-14 Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.
Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.
Si permanecemos en la palabra de Dios podemos vencer al maligno. Que hermoso es ver que padres junto con sus hijos han permitido que Dios entre a sus hogares, y han convertido sus casas en lugares de reposo, en donde no reinan las discusiones y los pleitos, sino que el amor y la paz de Dios reinan en el hogar. La gran evidencia de que una familia ha vencido al maligno es que Cristo reina en el hogar.
1Juan 2:15-17 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Vencer al maligno es también vencer al mundo, vencer los malos deseos, vencer las tentaciones, vencer todo aquello que sea capaz de destruir nuestro hogar. Padres no permitan que un error derribe su lo que tanto les costó construir, destruya los valores que intentaron inculcar en sus hijos, rompa el corazón de sus familiares. Jóvenes no se dejen engañar por las mentiras del mundo, valoren su hogar, sean agradecidos si tienen padres cristianos, que es esfuerzan para que el amor de Dios mantenga el hogar unido, y si no tienen padres cristianos, esfuércense para que su ejemplo y su testimonio pueda convencerlos y ganarlos para Cristo.
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