Hablamos mucho del lado de Jesús como el buen maestro, con la habilidad que tenía para contar en parábolas tantos misterios acerca del Reino de Dios, con esa forma de simplificar temas tan profundos en palabras tan claras que muchos pudieran entenderlo; pero Jesús también es un maestro que trasmitía muchísimo con el ejemplo.
Lucas 18:1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar. Jesús tenía una importante vida de oración, era una parte vital de su día encontrarse con su Padre Celestial, y cuando Él enseñaba acerca de la oración, tenía la autoridad para hablar de aquel tema, podía expresarlo de forma adecuada porque era un tema que dominaba y que practicaba continuamente. Lucas 6:12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Lucas 11:1 Aconteció que estaba Jesús orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. El ejemplo de Jesús provocó que sus discípulos también quisieran orar como Él, porque nuestros actos hablan, nuestras acciones trasmiten y pueden ganar a muchos.
Lucas 6:37 No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Jesús no enseñaba algo que Él no pudiera hacer, y cuando uno de sus discípulos que lo acompañó durante tanto tiempo, que fue escogido para manejar las finanzas, lo traiciona, Jesús lo sigue tratando con amor, tenía un corazón lleno de perdón. Mateo 26:50 Y Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.
Juan 21:17 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. Jesús observó el momento exacto en que Pedro le negó, y lejos de acercarse a reprocharle por no escucharle cuando le advirtió, se acerca a Él con misericordia y lo restaura, y aquel hecho marcaría por siempre la vida del apóstol.
Lucas 6:27 Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; Jesús nos demostró el mayor acto de amor en toda la historia de la humanidad, mientras que muchos lo insultaban, otros lo habían escupido y golpeado, hasta echaban suertes para quedarse con sus vestidos, Él nos demostró que el amor perdona, que el amor no guarda rencor, que el amor se preocupa por el destino de los demás. Lucas 23:34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes.
Juan 15:13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. A todos nos gusta que nos sirvan, que nos demuestren afecto, que nos den atención; sin embargo, nos cuesta mucho demostrarlo, nos cuesta ponernos en el lugar de la otra persona, nos cuesta horrores sacrificarnos por alguien más. Jesús nos demostró lo que significa tener amor ágape, lo que es tener un amor entregado y desinteresado.
Estamos viviendo un tiempo bastante especial y distinto, ahora más que nunca en la historia, necesitamos comportarnos como discípulos de Jesús, necesitamos poner en práctica lo que aprendimos del Maestro.
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