Un 29 de Noviembre hace seis años atrás creé este blog con la decisión en mi corazón de agradecer a Dios y de llevar su mensaje.
He escrito muchos temas, sé que he llegado a países a los cuales jamás pensé en llegar, he usado varios estilos de escritura pero lo que más me sorprende son aquellos comentarios sinceros y honestos de personas que deciden volver a Dios tras leer un tema.
Los cristianos somos mensajeros que llevamos en nuestros corazones las buenas nuevas de salvación y a veces olvidamos el poder que tiene el evangelio.
Yo estoy agradecido con mis padres porque me predicaron y me mostraron a Jesús desde pequeño, yo pude ver en ellos un verdadero cristianismo en su modo de vivir y al crecer eso me ayudo a buscarle, me ayudo a tener un freno frente al pecado, me nutrió de valores y principios que me han servido a lo largo de los años.
Y en mi momento más oscuro, cuando ya me sentía agotado de la vida y solitario, pude clamar a Dios, pude tener fe de que a pesar de mis faltas Jesús podría perdonarme y darme una nueva vida.
Hoy estoy escribiendo mensajes y tocando muchos corazones por la fe, el ejemplo y la perseverancia de mis padres.
Y yo les cuento todo esto porque a veces no sabemos lo que un mensaje o una palabra de aliento puede hacer por una persona.
Existen muchos jóvenes que necesitan escuchar el mensaje del evangelio porque se sienten perdidos y solos a su corta edad.
Existen hombres que necesitan el abrazo del Padre porque están agotados de tanto luchar y necesitan encontrar fe.
Existen mujeres que se sienten marginadas, abandonadas y lastimadas, cuyos rostros reflejan su necesidad por Jesús.
Si realmente tenemos a Cristo en nuestros corazones, entonces vivamos agradecidos de conocerle y llevemos su palabra a todos los que podamos.
Usemos nuestros dones para que su palabra llegue a muchos lugares y de muchas formas diferentes.
Y seamos agradecidos con aquellas personas que se esforzaron por llevarnos el tesoro más valioso que pueda existir, el de poder conocer a Jesús.
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